Una organización despierta.
El pensamiento de marca necesita desesperadamente ponerse al día. La historia y la escritura sobre el branding ha venido principalmente de los mercados de productos de consumo, con escasa atención al B2B o a las industrias de servicios. Esto ha llevado a un enfoque exagerado en las 4Ps - producto, precio, lugar y promoción - a expensas de la 'P' que representa a las personas. Las nuevas 4Ps del branding -personas, personas, personas, personas y personas- requieren coordinar un proceso interno de compromiso de marca a través de los silos de la compañía, uno que reconozca que el posicionamiento de una marca externa vive y muere en última instancia por las acciones de las personas, acciones que son moldeadas y reflejadas en la cultura organizacional.
Cambio impulsado por los valores.
Hemos identificado cuatro elementos que definen una “organización despierta”: personalidad, Instinto, Arte y Relaciones.
Comenzando por la Personalidad, este es el conjunto de comportamientos, creencias y valores que conforman la experiencia de interactuar con una empresa, ya sea como cliente o como colega. Todas las organizaciones tienen personalidad, pero ¿es ésta la que permite que las personas y la empresa prosperen?
El instinto se relaciona con la forma en que una organización toma decisiones y se adapta al cambio. Por ejemplo, ¿se confía en que los empleados tomen decisiones sin necesidad de buscar la aprobación de sus jefes cada vez?
El arte de una organización es la esencia de lo que hace esa compañía. Es la combinación de todas las habilidades y talentos de su gente, lo que hace que su oferta sea única e inimitable.
Estos tres Signos Vitales se sustentan en el último: las Relaciones dentro del ecosistema de la empresa, incluyendo clientes, empleados, proveedores y la sociedad en general. Los grandes negocios siempre se han basado en las grandes relaciones y esto es más importante hoy que nunca antes.
Juntos, los Signos Vitales trabajan para proporcionar el equilibrio saludable y la actitud dinámica para el cambio que una organización necesita para prosperar. Sin embargo, el cambio no siempre es fácil. La parte difícil es ayudar a la gente a ver que, si bien al principio es desalentador, el cambio conducirá en última instancia a un progreso que les beneficiará directamente.
Comprender el problema
La pionera de Internet Katz Kiely habla elocuentemente sobre por qué la gente se resiste al cambio. "Hemos evolucionado con dos estados clave", dice Kiely. "El cambio inesperado desencadena el'estado de amenaza', por lo que la gente se pone ansiosa y resistente y se enoja... Ciertas condiciones desencadenan el'estado de recompensa': empatía... certeza... respeto... autonomía... justicia... conectividad...".
Así que, en realidad, la respuesta está en involucrar a las personas en el proceso para que se sientan comprendidas y valoradas (empatía y respeto), sepan lo que viene (certeza), se sientan confiadas (autonomía), sepan por qué el cambio es necesario (justicia) y tengan la sensación de hacerlo juntas como equipo (conexión).
Si trabajamos con las personas de esta manera, experimentarán el cambio de manera diferente; comenzarán a experimentar el cambio como algo gratificante.
Apostar con autonomía
Dirigir una “organización despierta” implica dar permiso a los empleados para tomar decisiones. Esto conlleva riesgos. ¿Y si se equivocan? Síguenos la corriente por un momento y deja caer el término de búsqueda "citas de fracasos" en Google. Aparecerán muchas frases que se repiten con frecuencia y que equivalen a lo mismo: el fracaso no es el problema, sino más bien lo que una organización hace con el fracaso y cómo se aprende de él.
Cuando la gente es incluida en la conversación, liberada de la burocracia y se le otorga responsabilidad, las personas sorprenden
En última instancia, si pones a tu gente en el centro de tu pensamiento, el resultado es un negocio donde el cambio es gratificante para todos, incluyendo a esos accionistas tan importantes.
El pensamiento de marca necesita desesperadamente ponerse al día con esta realidad. La historia y la escritura sobre el branding ha venido principalmente de los mercados de productos de consumo, con escasa atención al B2B o a las industrias de servicios. Esto ha llevado a un enfoque exagerado en las 4Ps - producto, precio, lugar y promoción - a expensas de la 'P' que representa a las personas. Las nuevas 4Ps del branding -personas, personas, personas, personas y personas- requieren coordinar un proceso interno de compromiso de marca a través de los silos de la compañía, uno que reconozca que el posicionamiento de una marca externa vive y muere en última instancia por las acciones de las personas, acciones que son moldeadas y reflejadas en la cultura organizacional".